Lágrimas, sudor, hedor a asepsia. Paredes de tonos verdes, puertas de aglomerado. Las cortinas le separan de los demás pacientes.
El veneno recorre sus venas, lo mata y lo libra de la muerte. Agonía. Palabras de consuelo. Terapia. Más lágrimas porque no hay nadie.
Los pitidos que determinan su corazón. Batas blancas. La calle tras la ventana.
Familia, pena, compasión, besos, abrazos, más palabras de consuelo.
Los días pierden su sentido, y el dolor pierde fuerza. Una respiración muy aguda tras la cortina derecha. Los pitidos son ya continuos. Gritos, pasos muy rápidos, inhalación, una mirada al suelo.
Lágrimas, sudor, y ese olor.
Exhalación.