martes, 27 de noviembre de 2007

De los amores.

¿Sabe más de amor el que más relaciones ha tenido, que quizás el que no ha tenido ninguna?
Cada vez estoy más convencido de que se sabe más del amor cuanto más fuerte se siente.
Si mi corazón se pareciera a algo, sería a tierra yerma, donde parece que nada pueda nacer, pero donde se encuentran las más delicadas y hermosas flores. Mi corazón es sensible al amor, del que se baña, pero rara es la ocasión en que algo crece y se deja gobernar por la marea.
Así, aun recuerdo mi primer beso, la primera vez que quise compartir con alguie lo que yo realmente era, lo que no se muestra, todo lo estaba dispuesto a dar, sin esperar nada a cambio, contrato que firmaron nuestros labios, en un idioma que pasa de lo corriente.
Poco tiempo después, ella decidió abandonar la relación,y, con ella se marchito la única rosa entre tantas malas hierbas, se marchó dejando, esta tierra yerma.
La veia cada dos o tres meses, y al acercarme a ella para hablar o saludarla, una espina se clavaba en mi, recordándome el dolor, pero también la vida que trajo a mi pequeño mundo.
Hoy, diría no saber nada de esta persona, con la que desperté.


Aparecio después de mucho tiempo, la persona que me enseñaría, no solo a querer, sino a amar, la que me enseñó a besar.
La conocí poco, y enseguida me enamoré de ella, aun recuerdo en sus labios el te quiero, y recuerdo tambien que fue la única persona por la que realmente sentí esto, y aun hoy, tiempo más tarde, reconozco no haber sentido esto de nuevo.
Ella fue mi razón para vivir, ella fue lo que hizo que me odiara y quisiera ser mejor persona, por y para ella.
Fue la relación más larga que jamás tuve, y la más intensa.Aun siento la melancolía que me producía separarme de ella, cada vez que se marchaba, solo por unas horas de mi vida, y me hacía llorar, llorar por no poder besar sus labios, por saber que la felicidad que tenía, se marchaba con ella.
Fue una relación en la que nada del pasado importaba, no importabalo que hubieramos hecho, solo importaba lo que hacíamos cada instante , en ese instante.
Me enseñó a amar, a sentir, a querer,...a tantas cosas que no puedo mencionar.
Se que algún dia leerá esto, y recordará, que tiene con ella una parte de mi corazón exhausto y lleno de amor, amor por ella , que poco a poco he conseguido olvidar.

Sin nada más que decir...

Ilu

viernes, 2 de noviembre de 2007

Prosa I

Antes de ayer fue el primer dia de la temporada de otoño, es ya la decimosexta vez que veo a los niños con esos abrigos de llamativos colores recogiendo hojas de los árboles, que empiezan a desnudarse.
Seria del todo maravilloso, si solamente viera la alegría que los niños transmiten, al igual que en todas las estaciones del año.
Pero este año es diferente, no solo veo la caida de las hojas, en su lugar veo a mucha gente lamentándose ante la imparable vuelta de la rutina, sus pieles pierden, no solo el oscuro bronceado de su estancia, cada vez más breve en la playa,sino que tambien veo como pierden esa expresión de felicidad en el rostro, que empieza a estar cansado.
Salgo por las tardes, cuando disfruto de ese tan preciado y escaso tiempo libre. Salgo y paseo por las calles, y los parques, las plazas,... y entonces me doy cuenta de que al igual que las personas pierden la felicidad, los árboles pierden las hojas, que triste.
Al ver esto temo el dia en el que mi corazón solo sentirá cada vez que vea una puesta de sol, temo necesitar un estereotipo tan lamentable, por no poder sentir, como ahora siento, por dejar de ver calor en los amantes que se cojen de la mano, en no poder ver el aire de revuelta de unos graffittis en una persiana de frio metal.

Sin nada más que decir...

Ilu

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