Dignidad

Pinchó con el tenedor el trozo de ternera que acababa de cortar, y se lo acercó a la boca, notando el aroma del exquisito bocado cada vez más intensamente, pero su acción se vio interrumpid por la mano de su mujer.
-Espera cariño-le dijo con una falsa sonrisa dibujada en los labios-antes hay que bendecir la mesa.
Cogió entonces la mano de su mujer y la de su hijo mayor,esperando que acabara pronto para saborear la carne que le esperaba en el plato.

Hacía frío, la humedad se pegaba a la piel y calaba hasta los huesos, donde parecía helarse. Olía mal en aquella sinuosa calle sin salida, era oscura, lo que la hacía más pequeña y estrecha de lo que era en realidad, era sucia, pero al menos era tranquila, era su hogar.
De una bolsa de plástico del supermercado sacó una pequeña barra de pan, a la que se disponía hincarle el diente cuando poco a poco se giró para mirar a su compañero, que dormía, miró la barra de pan mientras pensaba que aquel que estaba tumbado durmiendo a no más de un metro de él llevaba ya un dia sin comer, volvió a mirar el pan, notó rugirle el estómago, partió la barra en dos, y la apoyo suavemente junto a su única familia, despertándolo al hacerlo, sabía que no debía preguntarle si quería, solo tenía que dársela, sabía que la necesitaba, no tenía por que haberlo hecho, pero lo que realmente importaba es que quería hacerlo.


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Pensemos ahora un poco en por qué , como, y para que hacemos las cosas. No soy el más indicado para decirlo, pero se por qué lo hago, como y sobretodo, se para qué.

Carlos M, puede que nunca leas esto, pero al fin y al cabo, tu eres el que lo ha escrito, y los has escrito en mi, gracias.